Gore, punk y lencería
Hay un momento en la vida donde uno descubre el sexo. Sea el que sea lo que te guste, empieza a descubrir su cuerpo y fantasea con cosas que no sabe cómo son ni funcionan. Las alborotadas hormonas del cerebro burbujeante de un adolescente empiezan a actuar. Ansia de libertad, momentos donde todo lo que suene a rebelión atrae. Todas esas filias adolescentes las metes en una coctelera con el Unreal Engine 3 en la época post Resident Evil 4 y da como resultado el extrañamente peculiar Shadow of the damned.
Juego nacido de la mente del conocido productor de la serie No more heroes, Goichi Suda, también conocido como Suda51; supervisado por el siempre brillante Shinji Mikami, le acompaña el genio de Akira Yamaoka, director de sonido y compositor de la musica de diversas entregas de Silent Hill. Electronics Arts paga las facturas. Con estos mimbres solo puede salir bien la cosa ¿No? Bueno prosigamos
Grandes genios detrás
En el juego encarnamos al cazador de demonios Garcia “Fucking” Hotspur, un mejicano con estética motera. Armado con Johnson “Boner” una cabeza de demonio parlante que hara las veces de pistola, metralleta y escopeta.. En los primeros compases del juego el demonio Fleming secuestra a tu amada Amanda para torturarla por la eternidad en las profundidades del infierno.
Como veréis la premisa argumental no es para ganar ningún premio a la originalidad con un guión salpicado con decenas(sino centenas) de bromas y referencias de contenido sexual como llamar a una línea caliente para que Johnson tenga una ereccion, haciendo el «arma» más larga o que el personaje de Amanda aparezca continuamente en lenceria salida de Victoria Secret.
Como contrapunto el juego se esfuerza en contextualizar este infierno como una visión satírica donde los demonios no pueden tener dientes porque se pueden usar como arma o los bebés son cerraduras durante sus primeros siglos de condena en el infierno, o …
La cantidad de referencias es enorme y es ciertamente interesante llegar a oír la próxima historia de Johnson sobre cómo de pervertidas son las orgías en el infierno o como todo demonio ama una buena historia hasta el punto de que la biblioteca es uno de los edificios más grandes de esta pesadilla. La construcción del universo del juego es mucho más sólida de lo que inicialmente parece entre tanta broma adolescente aunque sin perder nunca el tono.
4 armas y un destino
En el aspecto jugable es un acercamiento o evolución del concepto y mecánicas de resident evil 4, en cierto modo casi parece un paso intermedio entre este y Evil Within, la penúltima creación de Mikami. Cámara al hombro, 3 armas a distancia, 1 de cuerpo a cuerpo, puzzles, cierta exploración y arenas de enemigos con diferentes formas, velocidades y mecánicas; como novedad introduce zonas de oscuridad donde solo podemos permanecer unos segundos sin empezar a perder vida. Intenta ser variado con distintas fases. Típico, tópico, medido y comedido pero no solamente funcional sino divertido.
En cambio donde saca la chistera de la magia el juego es en los bosses donde da una de cal y otra de arena; se comparte una mecánica, dispara a lo que brille de rojo, huye de las zonas oscuras o úsalas en tu beneficio si procede. Todo lo demás es original entre cada enfrentamiento, son casi un puzzle en si mismo. Demasiado largos y en enfrentamientos de 20-30 minutos cuando ni siquiera sabes si le estas haciendo daño puede llegar a frustrar la verdad. A veces ante la duda te preguntas ¿Se habrá bugeado el juego? De hecho en mi caso así fue en el boss final, no pude acabar con él debiendo repetir todo el acto donde me enfrente a él.
La verdad es que es un juego de 2011 con UE3 en ps3 y 360. 720p y 30 frames irregulares dando gracias. En mi xbox series x que es donde lo he jugado no da una sensación demasiado sólida y una subida de resolución para no hacerlo tan borroso en paneles actuales le ayudaría. En lo artistico por contra es relativamente diferente y curioso, acompañado de una banda sonora que bascula desde temas rock, blues, folk o con lo que yo diría que es música africana o similar termina de vestir lo suficiente el juego como para que no solo no te eche sino que quieras saber mas y mas.
Donde manda corbata no manda artista
La mayor pega del juego, para mi al menos es que pese a tener un padre “mecánico” como Shinji Mikami le falta un pulido serio al control para estar todo lo afinado que merece, a veces el personaje se para, se atasca o sencillamente no reacciona en tiempo ni forma. Pudiendo llegar a frustrar en los niveles mas altos de dificultad donde el juego se vuelve mas exigente.
En líneas generales si se siguió un poco el desarrollo creativo del juego inicialmente era un juego de terror y acabo siendo este juego de acción loco que estamos comentando. Probablemente EA en algún momento de la concepción del titulo pidió resultados o volverlo mas comercial. Da la sensación de estar acelerado el desarrollo y de haber sufrido un machete intenso para ser acabado en plazo. Aun así el resultado final es tan diferente que resulta atractivo si sabes donde te estas metiendo.
Resumiendo y por concluir ya, Shadow of the damned es un juego adolescente, rebelde, imperfecto y sin pulir pero a la vez clásico, directo y sencillo, con ciertas ganas de llamar la atención y que te acuerdes de él, con tres mentes creándolo que ya las quisiera más a menudo trabajando.
